Estoy cansado de una gota,
estoy herido en solamente un pétalo,
y por un agujero de alfiler sube un río de sangre
sin consuelo,
y me ahogo en las aguas del rocío que se pudre en
la sombra
Neruda
Estoy herido sólo en un pétalo.
Los ungüentos, las plantas,
aquel médico neozelandés
cierran todas las demás mentiras,
supuran todas las demás culpas.
Después de tanto invierno oscuro,
de tanto masticar ayeres,
estoy herido sólo en un pétalo:
el que lleva tu nombre.
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